logo-instituto-terapeutico-integral

Mi hijo me preocupa…¿tendrá ansiedad?

La ansiedad es un síntoma muy conocido y relativamente fácil de reconocer entre la población adulta, prácticamente todos hemos aprendido a identificarla cuando notamos la sensación de tener una losa en el pecho, la falta de oxígeno y ahogo, así como los pensamientos aterradores que nos llevan a pensar que va a ocurrir una catástrofe, y un largo etcétera de síntomas, que cada uno identificamos cuando sentimos ansiedad. Sin embargo, a pesar de todo el conocimiento que se tiene al respecto, cuando se trata de la ansiedad infantil, aún existe mucha dificultad, por parte de los adultos, para identificarla y, por lo tanto, resulta complicado enseñar a los niños a reconocerla y manejarla, en definitiva, ayudarles a superarla y que se sientan mejor.

Con el fin de mejorar nuestra capacidad para percibir la ansiedad en los niños, a continuación, vamos a ver varios ejemplos:

  • Amelia no puede dormir sola en su habitación. Le cuenta a su madre que cree que hay un monstruo dentro del armario que se la va a comer por la noche.
  • Han invitado a Sara a una fiesta de pijamas, ella quiere ir pero tiene miedo de dormir en casa de amigas. Decide que ya es mayor, a sus 12 años y debería hacerle frente a ese miedo, pero cuando llega la noche empieza a echar de menos a su madre y dice a su amiga que le duele la barriga y que se quiere ir a casa y llama a su mamá para que vaya a buscarla. Cuando llega a casa está triste y enfadada con ella misma pero como no sabe expresarlo, se enfada con todos y todo, además cuando se va a dormir, le cuesta conciliar el sueño.
  • Pedro de vez en cuando interrumpe su juego y corre a preguntarle a su madre si se van a morir, últimamente pregunta mucho que qué va a pasar con él si sus padres mueren, ¿Qué es la muerte? ¿Quién le cuidaría? Siempre ha sido un niño muy alegre pero desde que sus miedos se acrecentaron está muy irritable y nervioso, además está muy desobediente y desafiante con sus dos padres.
  • Héctor no habla con nadie, solo algunas palabras con sus padres, y tampoco mira a los ojos cuando le hablan. En el recreo no se relaciona con otros niños y suele jugar a algo en solitario o coge libros para mirar los dibujos. Sus compañeros se burlan de él, y la profesora le castiga por no hablarle, así que los últimos meses pide quedarse en casa excusándose con diferentes dolores: dolor de barriga, dolor de cabeza, malestar inespecífico, etc.

¿Reconoces a tu hijo en alguno de estos miedos? Si aún tienes dudas, pero piensas que puede tener ansiedad, vamos a ver más síntomas que te pueden ayudar a reconocerla.

– A nivel cognitivo y emocional. La expresión emocional de la ansiedad puede tener numerosas manifestaciones, algunos niños presentan una gran angustia y un malestar evidente sin una causa que puedan identificar, otros presentan una ausencia total de temor, en contraposición con evidentes comportamientos de huida o evitación, otros viven preocupados permanentemente por distintos motivos de la vida cotidiana. Asimismo, pueden mostrar desinterés por las tareas escolares, dificultades para concentrarse, recordar, mostrarse inhibidos.

– A nivel de comportamiento. Al igual que ocurre con los pensamientos y emociones, se manifiesta de diversas maneras. Entre las diferentes reacciones que se pueden observar están las reacciones coléricas ante los mínimos reproches que se le hagan, tics de tipo nervioso, mostrar rechazo a relacionarse con otros niños, aislarse en el patio del colegio, se pueden mostrar dependientes del adulto, evitar las situaciones en las que se sienta incómodo, etc.

– A nivel fisiológico. Los niños pueden presentar vómitos, dolor de estómago, dolores de cabeza, micciones frecuentes, pesadillas repetitivas, terrores nocturnos, sonambulismo, taquicardia, sequedad en la boca, sensación de un nudo en la garganta, tensión muscular, e incluso pueden producirse episodios con defecaciones y micciones involuntarias. Hay niños que incluso manifiestan su ansiedad a través de quejas hipocondríacas.

¿Qué puedo hacer si mi hijo presenta alguno o varios de estos síntomas?

Si has reconocido alguno o varios de estos síntomas en tu hijo, lee estos consejos que te pueden ser útiles.

  1. Localizar la causa y actuar sobre la misma: Algunas de las causas más comunes son los cambios, por ejemplo: cambios en la familia, el colegio, los amigos, etc. Igualmente, también es común tener un horario sobrecargado de actividades, altas expectativas y presión en el ámbito escolar. Asimismo, habrá que contemplar la posibilidad de que se haya dado alguna información impactante para el niño, aunque éste no la reconozca como tal: la enfermedad de un abuelo, las complicaciones en el embarazo de su tía, la posibilidad de cambiarlo de colegio, etc.
  2. Fomentar hábitos de vida saludables. Mantener una adecuada salud favorecerá la adaptación a diferentes situaciones difíciles, podemos promoverla mediante la actividad física, alimentación adecuada, descansos y mantenimiento de rutinas.
  3. Se un modelo para tu hijo. Aprende a mantener la calma, sonríe y habla con tranquilidad, los niños ensayan y asimilan de esta forma, nuestras formas de comportarse, más saludables y adecuadas. Si analizamos nuestra forma de expresar ansiedad, la comprendemos y aprendemos a manejarla, seremos el perfecto maestro para nuestros hijos.
  4. Valida sus sentimientos: No subestimes lo que le pasa a tu hijo, como adultos nos puede parecer que las preocupaciones de los niños son insignificantes, o forman parte de una etapa que se le pasará tarde o temprano. Si bien, en ocasiones, esto es cierto, no debemos perder de vista que nosotros, como adultos, también pensamos que algunas situaciones son pasajeras, no obstante, nos hacen sentir mal igualmente. Es por esto que, para comprender la ansiedad de los niños es importante ponernos en su lugar, escucharles y entenderles.
  5. Realiza actividades relajadas: Juegos, canciones, música relajante, cuentos, etc.
  6. Ayúdale a elaborar estrategias para controlar su nivel de ansiedad. Para esto es necesario identificarla hablando sobre ella y manejarla mediante la relajación adaptada a niños. Podéis aprender estas estrategias en talleres dirigidos a esta actividad o en libros especializados.
  7. Elabora situaciones imaginarias que recrean su ansiedad y solventadlas de forma correcta, de este modo no se sentirá indefenso cuando aparezcan pensamientos o imágenes atemorizantes.
  8. Ensaya las situaciones con antelación, es una manera de exponerle a lo que teme, comprobar que puede manejar la situación y además aprender a afrontar situaciones difíciles.
  9. Cuida su autoestima y apórtale seguridad. Enseñarle a afrontar situaciones que le resultan complicadas, le ayudará a sentirse eficaz y contento consigo mismo, por eso es importante valorar su esfuerzo y valentía.
  10. Acude a un especialista que te oriente y le ayude al desarrollo de estas estrategias.

Como podéis observar, las reacciones son muy variadas por lo que, si tenéis dudas, os recomendamos consultar con un Psicólogo especialista en el tratamiento a niños y adolescentes, que os puede ayudar a comprender y orientar estos comportamientos.

Silvia Orenes Molina

Psicóloga col. MU-2058

Especialista en Psicología Infanto-juvenil

Últimas noticias

Ir al contenido